José Suarez

Si uno buscase qué significa “hispano”, las respuestas podrían ser menos satisfactorias (sin embargo, al ser honesto, no sé si también resulta de un fastidio similar buscar etnias). Se esfuerzan de una a otra pregunta quienes de hecho están en el mundo, pero hay muchos problemas con esta premisa.

¿Debe uno dejar su identidad ser encasillada por la nación donde reside, en especial cuando esa nación no se alinea con sus ancestros? Pero esperen, a pesar de nacer en los Estados Unidos y de haber estado viviendo por casi toda mi vida en los Estados Unidos, ¿no soy estadounidense? No siento que lo sea.

Pero, luego, ¿me siento “hispano”? ¿Me siento hispano cuando no recuerdo ni siquiera la historia rudimentaria de mi patria por no poder justificar aprender de ella en mi clase de universidad (desde que los créditos no se alinearon con lo que yo necesitaba para graduarme) o porque la educación primaria no se enfoque en ella (¿por qué sería?) ¿Me siento hispano cuando he crecido hablando español y entendiéndolo, pero todavía me esfuerzo al hablarlo con mis padres o con otros porque no he tenido muchas oportunidades en mi vida para practicarlo desde que salí de casa?

De todas formas, ¿es considerable el peso inmerecido que yo sea hispano dejando solamente la influencia de los colonizadores en mi origen? — lo cual supongo que debería hacerme arrepentir de querer ser estadounidense. ¿Y qué tal de ser chicano? ¿Es cierto que eso deba ser más aplicable que ser estadounidense, hispano o mexicano siquiera? Pero, siempre no hay ninguna opción de elegirlo por las formas obligatorias del gobierno. ¿Hace esto que la identidad (y, sin embargo, mi pura identidad) sea algo menos valiosa?

Yo no lo sé. Espero que se resuelva.

Pienso sobre el viaje de mi pasantía de verano, cuando fui al Skid Row History Museum y le pregunté al curador, quien se había expresado de chicano, qué significa para él serlo y si sentía (o sentía que debería sentir) algún remordimiento por no saber más o menos de nuestra herencia o cultura. Su respuesta me capacitó y me confundió más que antes: “A quién le importa”, me dijo de manera típica. “Nuestra identidad es lo que queremos que sea y como queramos desarrollarlo es una decisión que solamente nosotros podamos hacer”. Mientras que esto me dio definitivamente más preguntas que respuestas; por último, su respuesta me agradece — lo que yo decida hacer será aceptable, y nadie más podrá juzgármelo.

 

Luis Ledezma

Ser latino significa a menudo ser invisible, especialmente en UC Santa Barbara. Cada día, como camino a clase, no puedo ayudarme, sino ver al empleado de limpieza que ha estado haciendo diligentemente su trabajo. Siempre es el mismo tiempo y el mismo lugar sin fracaso. Muchos empleados no son vistos por estudiantes que se pasen por ellos no intentando ver ninguno. He observado que el equipo de paisajismo estaba trabajando fuera de los departamentos siendo completamente ignorado; no recibe las gracias por su presencia. Lo que es común entre todos estos empleados es su origen latino. Trabajan alegres y se comportan buena onda y graciosa, pero todavía son invisibles ante los ojos de estudiantes. Entonces, cada mañana, antes de ir a clase o hacer lo que sea, los saludo notando su arduo trabajo. Son unos individuos notables; si ustedes toman el tiempo a hablar con ellos, se dan cuenta de que desean lo mejor para ustedes. Ser notable da felicidad, y me encanta que los empleados me den alegres la bienvenida y me bendigan con buenos deseos cada día. Entonces, como un latino en UCSB, la invisibilidad ha sido nuestra experiencia, pero no debe ser así. Podemos ser tan bienvenidos como los empleados que nos han dado la bienvenida.

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