
CORTESÍA DE PBS
Spyware: Software malicioso que se infiltra en la computadora de un usuario, colecta datos del dispositivo y del usuario, y los envía a terceros sin su consentimiento. Este mismo software se está utilizando contra residentes de los Estados Unidos, independientemente de su estatus migratorio.
Según WIRED, una revista y página web conocida por cubrir la forma en que la tecnología, la ciencia y la cultura están cambiando el mundo, ha obtenido y revisado documentos federales. Estos documentos demuestran que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (I.C.E.) tiene planeado contratar a 30 contratistas para escanear y revisar las redes sociales de millones de personas: Ya sea por TikTok, Instagram, Facebook, X, etc., y examinar sus publicaciones, fotos, mensajes o cualquier otro material en bruto, para luego enviarlo a los agentes del I.C.E. con el objetivo de ayudar en las deportaciones y redadas.
Del mismo modo, en una declaración de objetivos de 15 páginas, el I.C.E. afirmó que está buscando una empresa que pueda abrir el código fuente de las bases de datos en línea, la dark web y la deep web para encontrar posibles amenazas e identificarlas para la agencia utilizando la geolocalización, la elaboración de perfiles psicológicos, la tecnología de reconocimiento facial y mucho más.
Esto preocupa a muchos residentes, ya que ahora se está utilizando no solo para investigar a los inmigrantes indocumentados, sino también a cualquier persona que critique o haga comentarios negativos sobre el personal o las instalaciones del I.C.E.
Esto significa que cualquier persona que haga comentarios negativos sobre el I.C.E puede ser vigilada por la agencia gubernamental. ¿Las consecuencias? Aún son desconocidas.
En 2020 durante la primera presidencia de Trump, la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) presentó una solicitud de propuestas similar con la misma idea, en la que buscaba empresas que pudieran vigilar las redes sociales en busca de ciertos tipos de amenazas.
El I.C.E. ya ha estado vigilando las publicaciones en las redes sociales a través del contratista Giant Oak, que fue contratado durante la primera administración del presidente Trump. Sin embargo, el objetivo de este nuevo contrato es centrarse más en las amenazas contra los dirigentes, los agentes, las instalaciones y las operaciones del I.C.E.
Del mismo modo, Forbes encontró registros contractuales que muestran que I.C.E. compró casi un millón de dólares en “vehículos simuladores de estaciones base” en mayo de este año, lo que significa que está haciendo que la herramienta de vigilancia sea totalmente móvil.
La herramienta, conocida como Stingray, está diseñada para hacer creer a un teléfono que se está conectando a una torre de telefonía móvil. Así, cuando el dispositivo de un sospechoso se conecta a dicha torre, la policía puede rastrear su ubicación. Sin embargo, su uso es controvertido, ya que cualquier persona que se encuentre en la misma zona que el objetivo corre el riesgo de que su información quede expuesta.
Además, según los documentos revisados por 404 media, el I.C.E. ahora tiene acceso a una plataforma de vigilancia privada que se actualiza diariamente con miles de millones de datos de ubicación. Estos datos de ubicación se obtenían de forma secreta a partir de las aplicaciones de los teléfonos móviles, ya sean juegos o aplicaciones meteorológicas, y luego se vendían a corredores de datos. Ahora, esta información está en manos del I.C.E. Los documentos, tal y como menciona 404 media, afirman que la herramienta puede procesar miles de millones de señales diarias de cientos de millones de personas.
El gobierno fue descubierto haciendo esto de forma ilegal en 2023, sin embargo, el Inspector General Joseph V. Cuffari, lo declaró ilegal, así que I.C.E. lo detuvo brevemente. No obstante, los documentos muestran además que I.C.E planea volver a utilizar los datos de ubicación recolectados de forma remota de los teléfonos inteligentes de las personas, después de haber afirmado anteriormente que había dejado de hacerlo.
En resumen, el futuro de la privacidad que se presenta aquí es uno de vigilancia total, en el que las acciones en línea y fuera de línea son constantemente vigiladas, analizadas y conservadas por el gobierno.
Esto no solo amenaza los derechos individuales a la privacidad y la libertad de expresión, sino que también altera el equilibrio de poder en una sociedad democrática.