ZOE GONZALES / EL NEXO DIARIO

 

¿Has notado que las mariposas monarcas son el símbolo más reconocido para representar a los inmigrantes? Bueno, esta comparación entre las mariposas monarcas y los inmigrantes no es solo una analogía reciente ni causal, sino un símbolo cultural que ha sido utilizado durante décadas por comunidades artistas y activistas para representar la experiencia migrante. Esto se puede apreciar en el arte que ha utilizado la mariposa monarca para simbolizar la experiencia migratoria. Por ejemplo, el símbolo de la mariposa ubicado en el  Centro Nacional de las Mariposas, realizado por Anat Ronen; el documental “Ay Mariposa“, sobre dos mujeres y una  comunidad singular de mariposas que luchan en primera línea contra el muro fronterizo entre Estados Unidos y México; y la obra política de Favianna Rodriguez, que utiliza la mariposa monarca como símbolo de justicia migratoria.

La migración de las mariposas monarcas es un fenómeno asombroso. Cada año las mariposas monarcas emprenden un viaje de miles de kilómetros desde Norteamérica a los bosques de Michoacán, México durante las temporadas de otoño. Este fenómeno natural ha sido interpretado culturalmente como una reflexión de la experiencia migrante, cuando comunidades chicanas y artistas comenzaron a utilizar esta metáfora.  En la tradición mexicana, especialmente durante el Dia de los Muertos, la llegada de las monarcas coincide con la creencia de que representan las almas de los antepasados, reflejando el vínculo cultural que los inmigrantes mantienen con sus tierras de origen. 

El viaje de las mariposas monarcas es uno de los más largos y peligrosos. Estas criaturas frágiles recorren hasta 4.800 kilómetros, enfrentando depredadores, condiciones extremas y la pérdida de su hábitat. De manera similar, los inmigrantes también emprenden viajes difíciles. Como lo muestra Mariposas Sin Fronteras, una organización abolicionista dedicada a apoyar a los migrantes LGBTQIJ+, los usuarios frecuentemente usan imágenes de monarcas en sus carteles para simbolizar su viaje y apoyo colectivo. Esta organización fue formada en 2011 por personas queer dentro del movimiento por los derechos de los migrantes en Arizona que vieron una falta de atención para poner fin a la violencia y el abuso sistemático contra las personas LGBTQIJ+. Su propósito es apoyar y defender a las personas transgénero y LGBTQI+ de la detención y la deportación mediante apoyo legal y financiero. Están comprometidos a lograr una vida digna para la comunidad inmigrante trans-queer, donde tengan acceso a los recursos necesarios para sobrevivir. Sea cruzando desiertos, mares o fronteras políticas, con la única motivación siendo la búsqueda de un futuro mejor para ellos y sus familias. Sin embargo, las mariposas monarcas no eligen emigrar; lo hacen para sobrevivir. Así también, muchos inmigrantes no dejan sus países por gusto, sino porque no les queda otra opción. 

A primera vista, las monarcas parecen vulnerables, pero su capacidad para adaptarse y persistir las hace extraordinariamente fuertes. Los inmigrantes, aunque a veces son considerados “vulnerables” por sus situaciones únicas, muestran una resiliencia inquebrantable; trabajan en empleos difíciles, y lastimosamente, soportan sacrificios como la separación familiar. Esta resiliencia quedó plasmada en el mural “The Joy of Resilience“, donde artistas migrantes pintaron monarcas gigantes con alas hechas de mapas migratorios, fusionando arte, ciencia y activismo.

Además, tanto las mariposas como los migrantes enfrentan amenazas por causas humanas. Las mariposas monarcas sufren por la deforestación y el uso de pesticidas, perdiendo 80% de su población en las últimas décadas, mientras los migrantes se enfrentan a políticas antiinmigrantes y discurso de odio.  Las mariposas monarca sufren la deforestación y el uso de pesticidas, un ecocidio que el editorial del LA Times denunció como “Las migraciones de insectos y humanos también se ven afectadas por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, actualizado como T-MEC)”, destacando cómo la frontera dañó los corredores migratorios de las monarcas debido a la pérdida de tierras. Al mismo tiempo, los migrantes se enfrentan a políticas diseñadas para obstaculizar su supervivencia, desde posibles deportaciones hasta las barreras sistémicas. La campaña “Monarcas Migrantes” de Alianza Américas (2015) denuncia precisamente tanto la crisis ecológica como la humanitaria. Su lucha compartida subraya la urgencia de proteger a ambas: a las monarcas como especie en riesgo y a los inmigrantes como seres humanos con derechos y dignidad. 

La vida monarca es un proceso de transformación radical: de huevo a oruga, de crisálida a mariposa. Esta metamorfosis refleja el viaje emocional y cultural de los inmigrantes, quienes deben adaptarse a un nuevo país. Aprenden nuevos idiomas, adoptan costumbres extranjeras y al mismo tiempo, preservan sus raíces. 

Para los Dreamers –  jóvenes indocumentados llevados a EE.UU en la infancia –  esta analogía es especialmente conmovedora. Como las mariposas, ellos no decidieron iniciar el viaje, pero han florecido en su tierra adoptiva, contribuyendo a la sociedad aunque el sistema les niegue reconocimiento pleno. 

La mariposa monarca es mucho más que un insecto volador: es un símbolo de resistencia, adaptación y esperanza que resuena con millones de personas. Su vuelo transnacional nos recuerda que ningún muro puede detener el instinto humano de sobrevivir y que, en un mundo justo, todas las vidas deberían tener la oportunidad de florecer. Tal vez algún día, los inmigrantes también puedan ser recibidos con la misma admiración que inspiran estas mariposas.

Print