
SARAH CAULDER / EL NEXO DIARIO
En muchas casas mexicanas, existe un viejo dicho: “comete un bolillo, para calmar el susto.” Este dicho podría parecer solo un consejo divertido, pero tiene un significado más profundo. El bolillo, un pan suave con costra crujiente, es más que solo un alimento común en México: es un símbolo de consuelo, calidez y hogar. Para muchas personas, comer un bolillo en tiempos de estrés o preocupación les ayuda a sentirse tranquilos. Aunque no resuelve sus problemas, el bolillo trae una sensación de calma al conectarlos con algo familiar y reconfortante.
La idea de “comida reconfortante” es bien conocida en la psicología. Las investigaciones han demostrado que comer alimentos que evocan buenos recuerdos puede ayudar a reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo. Un estudio de 2010 realizado por investigadores de la Universidad de Cincinnati encontró que comer alimentos reconfortantes activa partes del cerebro que ayudan a reducir la ansiedad. Para muchos mexicanos, el bolillo actúa como este tipo de comida reconfortante, ayudando a las personas a sentirse mejor cuando están ansiosas o tristes. Comer este pan familiar activa sentimientos positivos en el cerebro, lo que puede ayudar a las personas a sentirse más relajadas durante momentos de estrés.
La nostalgia, o pensar en los recuerdos felices del pasado, también ayuda al bienestar emocional. Según la Asociación Psicológica Americana, recordar momentos felices puede reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo y hacer que las personas se sientan más conectadas con los demás. La nostalgia ayuda a las personas a sentirse centradas y puede ser muy reconfortante cuando la vida se pone difícil. Para los hijos de inmigrantes o para cualquier persona lejos de su hogar, el bolillo puede traer recuerdos de la familia, el hogar y la seguridad. Esto lo convierte en una fuente importante de consuelo emocional en tiempos de incertidumbre. El bolillo puede ayudarles a sentirse conectados con sus raíces, ofreciendo consuelo y estabilidad cuando más lo necesitan.
Además, existe una base científica sobre cómo los alimentos afectan nuestro estado de ánimo. Los alimentos como los bolillos, que son ricos en carbohidratos, pueden aumentar los niveles de serotonina en el cerebro. La serotonina es un químico que ayuda a regular el estado de ánimo, y cuando se libera, puede ayudar a reducir la ansiedad. Los carbohidratos en el bolillo ayudan a aumentar la serotonina, lo que produce un efecto calmante. Compartir un bolillo con la familia también puede fortalecer los lazos, haciendo que las personas se sientan conectadas y tranquilizadas. Comer el bolillo juntos trae una sensación de consuelo y pertenencia, lo cual es importante para la salud emocional.
De esta manera, el bolillo es más que solo un trozo de pan. Representa consuelo, tradición y apoyo emocional. Ya sea por la sensación de calma que produce al comerlo o por los recuerdos que evoca, el bolillo ofrece consuelo y una sensación de conexión en momentos de estrés o incertidumbre.