CORTESIA de FMT

Recuerdo que, cuando tenía 10 años y aún vivía en México, mi mamá me preguntó qué quería ser de grande. Le respondí: “Voy a ser presidenta”. Ella me contestó: “México todavía no está listo para tener una presidenta; las personas no votarían por una mujer”. En ese momento, no entendí el porqué las personas no votarían por una mujer, desconocía la existencia de la brecha de género y con el tiempo pude entender el contexto de su comentario. Afortunadamente, la niña que era hace 10 años estaría feliz de saber que las cosas han cambiado. En las pasadas elecciones, la candidata del partido Morena, Claudia Sheinbaum, fue electa presidenta de México, ganando con un 59.4% de los votos de acuerdo con las estadísticas publicadas por el sitio web Statista, superando más del 30% a la segunda candidata más popular, Xóchitl Gálvez. Sheinbaum asumió la presidencia el pasado 1 de octubre, marcando un evento sin precedentes después de 200 años de historia del país.

Pero te preguntarás: ¿quién es Claudia Sheinbaum y cómo se abrió camino en la política mexicana? Claudia Sheinbaum proviene de una familia judía y de científicos; su padre fue empresario e ingeniero químico, mientras que su madre era bióloga (BBC News, 2024). Sheinbaum relató en una carta para La Jornada en 2009 “Mis abuelos maternos llegaron a México huyendo de la persecución nazi. Se salvaron de milagro”. Antes de convertirse en la primera jefa de Estado de México, ejerció un puesto de funcionaria pública como jefa de gobierno de la CDMX. México, un país con profundas raíces machistas, ha dado un paso importante en la lucha por la equidad de género, superando incluso a su país vecino, Estados Unidos, que históricamente ha sido considerado una sociedad más abierta y progresista, pero que en esta ocasión se ha quedado atrás. Claudia Sheinbaum, además de ser la primera mujer en ocupar la presidencia, es judía.

Hace algunos años, antes de estar tan involucrada en la política, apoyó a través de la misma carta para La Jornada abiertamente a Palestina en 2009, reconociendo el genocidio perpetrado por Israel “Sólo puedo ver con horror las imágenes de los bombardeos del estado israelí en Gaza… Ninguna razón justifica el asesinato de civiles palestinos… Nada, nada, nada puede justificar el asesinato de un niño. Por ello me uno al grito de millones en el mundo que piden el alto al fuego y el retiro inmediato de las tropas israelíes del territorio palestino” fueron las palabras de Claudia. Sin embargo, en los últimos años no ha vuelto a dar un comunicado parecido, manteniéndose al margen de este conflicto. A diferencia de su antecesor, el expresidente Andrés Manuel López Obrador, quien negó dicho genocidio en una de sus mañaneras.

Sheinbaum también es una de las mandatarias con mayor nivel educativo que México haya tenido. Posee una licenciatura en Física, una maestría en Ingeniería Energética y un doctorado en Ingeniería en Energías, todos obtenidos en la UNAM de acuerdo a datos proporcionados por Infobae del presente año. ¿Hay algo que esta mujer no pueda hacer bien? Ella es la personificación del feminismo, rompiendo estigmas de género tanto en lo social como en lo político. Recordando las elecciones de 2012, cuando los candidatos fueron Enrique Peña Nieto y Josefina Vázquez Mota, muchas mujeres optaron por votar por Peña Nieto debido a su atractivo físico, en lugar de apoyar a una candidata mujer esto básicamente resume la mentalidad de la época. No hace falta mencionar el desastre que ese mandato fue y que desde entonces el PRI no ha vuelto a ganar unas elecciones presidenciales cuando solía ser el partido político más popular y más consagrado dentro de la política mexicana.

¿Quién hubiera pensado que, este año, una mujer con un doctorado estaría ganando la presidencia? O que dos mujeres competirían por la presidencia en el mismo año. Si alguien me hubiera dicho hace unos 8 años que esto sucedería, no lo habría creído. ¿Cómo pasó México de “no estar listo” para su primera presidenta a superar a su país vecino en este ámbito en apenas 12 años? En gran medida, esto se debe a un despertar social en la sociedad mexicana en los últimos años, en el que movimientos sociales como el feminista han ganado fuerza y como resultado la población poco a poco se ha ido educando sobre temas que afectan a las mujeres, como el derecho al aborto, la equidad salarial, la sororidad, la violencia doméstica y muchos otros. Muchos temas que solían ser tabú ahora han empezado a ganar visibilidad dentro de la sociedad mexicana y ha impulsado un cambio de mentalidad colectivo.

El movimiento feminista comenzó a ganar popularidad en México a raíz de las marchas que exigen justicia y cambios en el sistema judicial, donde la impunidad hacia los responsables es una constante frente al elevado número de desapariciones y feminicidios que ocurren en el país. Esta situación, que en gran medida se había normalizado, ahora ya no pasa desapercibida, ni en la vida cotidiana ni en las redes sociales. A través de manifestaciones públicas, protestas y campañas en línea, el movimiento feminista ha logrado visibilizar estos problemas, generando una mayor conciencia sobre la urgencia de tomar acciones concretas para proteger la vida y los derechos de las mujeres. La lucha ha impulsado una discusión social y política más amplia, demandando cambios estructurales y una mayor responsabilidad en la impartición de justicia.

¿Podemos relacionar este movimiento con la reciente victoria electoral? Yo pienso que sí. El movimiento ha dado visibilidad a las problemáticas de género que existen en la sociedad mexicana, lo cual ha permitido que este despertar social se expanda a otros ámbitos, como el político. Esta victoria política, donde una mujer judía con un doctorado en Ingeniería en Energías ha sido electa como presidenta de México, es la mayor prueba del avance que el movimiento feminista ha generado en el país. Las mujeres se han empoderado a raíz de estos movimientos y la sociedad ha comenzado a reconocerlas como competentes en ámbitos donde antes no se consideraba a la mujer capaz, ya sea en la política, la academia o las artes.

Este suceso marcará la pauta para una nueva generación de mujeres jóvenes que aspiran a convertirse en presidentas o en profesionales en cualquier área en la que antes no hubieran imaginado realizarse, como la física. La presidenta de México es un símbolo de empoderamiento femenino y un recordatorio del alcance de lo que las mujeres pueden lograr en una sociedad que avanza hacia la equidad de género.

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