La curiosidad, el rasgo a la propensión de un individuo para conseguir nueva información, cambia constantemente. Lo sabemos individualmente; algunos temas hacen que queramos saber más sobre ello, mientras que otros nos aburre muchísimo. ¿Por qué unas cosas nos persuaden? Y si la curiosidad nos obliga a conseguir nueva información, ¿cuál es su propósito de aprender, específicamente, cuándo nos llega a la mente como estudiantes universitarios?
Aun hablando evolutivamente, la curiosidad es esencial. Se observa al conseguir información, un tipo de comportamiento infantil que crea unas “preguntas de curiosidad”. Cuando los niños encuentran cosas que les interesan o no coinciden con las ideas preexistentes del mundo, consiguen su conocimiento al hacer preguntas. Esto es una fase mítica infantil cuando parece que hacen preguntas sobre cualquiera y muchas cosas. A través de sus preguntas interminables, los niños pueden crear teorías intuitivas que les ayudan a predecir mejor e interactuar con el mundo en el que viven.
Cuando nos desarrollamos, puede que no necesitemos estar haciéndoles preguntas a quienes nos rodean. Pero, porque nunca dejamos de aprender, la curiosidad se convierte en una etapa útil. Los científicos que investigan la relación entre el aprendizaje y la curiosidad han averiguado que la curiosidad se convierte en mejores resultados de aprendizaje y hasta en una mejor memorización.
En un estudio que investigó esta relación, los investigadores utilizaron una actividad de preguntas triviales para medir la curiosidad de los participantes sobre sus respuestas. Se descubrió que la actividad por dentro del centro del cerebro, la cual es responsable para la curiosidad, el aprendizaje, la memoria y otras funciones cognitivas, se aumentó cuando los participantes adivinaron incorrectamente las respuestas de las preguntas a las trivias. Cuando se les preguntó a los participantes la misma pregunta una o dos semanas después, las preguntas con mayor curiosidad fueron relacionadas con mejor retención de la respuesta. Se concluyó que la curiosidad mejora la memoria, y con eso, facilita el proceso de aprender nueva información.
Entonces, la curiosidad es útil para nosotros, los estudiantes, por ayudarnos a recordar mejor las cosas, pero ¿qué sabemos de qué nos despierta la curiosidad y de qué no lo hace? En el estudio anterior, ¿por qué se aumentó la curiosidad sobre las respuestas correctas cuando los participantes se habían equivocado? Una teoría popular dice que el conocimiento incompleto provoca la curiosidad.
Los descubrimientos de un estudio que utilizaron preguntas triviales, igual de lo anterior, apoyan la teoría. Se les plantearon preguntas a los participantes como “¿para cuál presidente estuvo hecha la mermelada de arándano?”, y luego se les pidió que lo adivinaran con todo lo que conocían, para saber el resultado de cómo las adivinaron, si pensaban que estaban correctas sus adivinanzas y su curiosidad de la respuesta correcta. Cuando conocieron la respuesta correcta, se les pidió que indicasen cómo les emocionaba. Al analizar los investigadores del estudio los resultados descubrieron que la curiosidad de la respuesta correcta se encumbró cuando los participantes creían que estaban cerca de aprender la información, pero habían adivinado incorrectamente la respuesta.
Para explicar sencillamente la situación que ustedes probablemente han tenido, es igual de como han dicho accidentalmente los detalles de un examen y luego descubrieron que estaban equivocados por aquella pregunta de la que pensaban que sabían. Después, sienten que deben saber la respuesta correcta para contestar la pregunta bien para aceptar tu comprensión errónea.
Por último, los investigadores propusieron que el pensamiento avanzado del aprendizaje humano predecía mejor la curiosidad, mientras que la cantidad de que existe el conocimiento predecía mejor el aprendizaje. También mencionaron una paradoja de comentarios: primero, la percepción del conocimiento existente se relaciona con una gran curiosidad para nueva información; segundo, la curiosidad se conecta con resultados mejores de aprendizaje.
Al prestar atención a esta información, nosotros podemos saber por qué tenemos curiosidad por las cosillas que nos preguntamos, pero no tenemos la respuesta. Como lo destacaron los investigadores, la conciencia del estado actual del conocimiento es importante. Más importante, sin embargo, destacan que sus descubrimientos apoyan la idea de que los aprendices deberían proveer la idea que está junto afuera del nivel que han superado.
Como estudiantes, no tenemos nada que decir sobre la idea que tomamos. Pero la próxima vez que ustedes se encuentren con una nueva información, la cual es diferente, tómense el tiempo de identificar qué es lo que conocen. De tomarlo paso a paso, quizá puedan provocar curiosidad y hagan que el proceso de aprender sea más divertido y menos estresado.