Parece que el tiempo se nos escapa a todos. Aún qué mecanismos históricos como el calendario y el reloj nos ayudan a organizarnos en nuestra realidad tridimensional, nuestras experiencias internas pueden ser muy diferentes. ¿Por qué pasa que el tiempo puede llegar a velocidades extremadamente lentas pero también puede pasar volando, especialmente cuando nos estamos divirtiendo? Estás preguntas han guiado a los científicos con los estudios sobre la percepción del tiempo.
A diferencia de nuestros sentidos, no hay ningún órgano dedicado a percibir el tiempo. Más bien, los científicos han identificado que varias áreas del cerebro trabajan juntas para ejecutar y regular la percepción del tiempo. El córtex cerebral, cerebelo, hipocampo y los ganglios basales — han sido vistos activarse con estudios sobre tareas de discriminación temporal. Mientras la pregunta de donde en el cerebro es generalmente aceptada, la pregunta de cómo la percepción del tiempo ocurre a un nivel neurológico no es captada.
Sin embargo, en los años recientes, muchos estudios empíricos que han explorado el amplio proceso de la percepción del tiempo han encontrado que está intrínsecamente vinculado a sensaciones subjetivas. Cambios fisiológicos, como los incrementos en los niveles de ansiedad o dolor crónico, facilitan como el cuerpo mide el tiempo. La teoría subyacente es que los cambios corporales llaman la atención sobre el hecho de que el yo actual se siente diferente que en momentos anteriores. La conciencia de que se ha producido un cambio de estado, provocado por señales viscerales en la corteza insular (un lóbulo de la corteza cerebral dedicado al procesamiento sensorial multimodal y otras funciones reguladas de la homeostasis) propaga la comprensión de que se ha producido un paso del tiempo. La memoria, entonces, es crucial para la percepción del tiempo, ya que marca como los diferentes estados corporales corresponden a momentos a lo largo de la trayectoria continua del tiempo desde el pasado al presente y al futuro.
Como las sensaciones fisiológicas, las emociones están vinculadas con la percepción del tiempo y han encontrado que afecta a un extremo el grado de percepción del tiempo y ayuda con el almacenamiento de memorias, ayudando a explicar por qué la sensación del tiempo puede variar dependiendo del humor. Cuando se trata sobre la percepción temporal como función para el almacenamiento de memorias, las emociones producen altos niveles de estimulación, guiándonos a niveles más altos de percepción y el nivel de atención implementada en la experiencia. La experiencia es resaltada en el tiempo, causando que sea almacenada a un nivel “alto” en el lista de memorias
En cuanto a la variación de la percepción del paso del tiempo con el estado de ánimo, los científicos han investigado el proceso en experimentos de finalización de tareas que vincularon la propensión al aburrimiento con la percepción del paso del tiempo. La atención a la tarea en cuestión fue crucial, ya que se descubrió que las personas que experimentan altos niveles de aburrimiento con la tarea en cuestión eran peores a la hora de estimar el tiempo, mientras que las personas con bajos niveles de aburrimiento tendían a subestimar el paso del tiempo. Si está bien comprometido con un atarea, su gran atención y su falta de aburrimiento significa que no están constantemente ocupado con un malestar visceral, Entonces, cuando estas disfrutando y divirtiéndose, el tiempo se siente como si estuviera “volando” porque la atención se centra en la tarea, no en uno mismo.